viernes, 26 de noviembre de 2010

¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS DE LA ENFERMEDAD DE ALZHEIMER?


En las etapas tempranas, los síntomas pueden ser muy sutiles. Entre éstos se encuentran:

  • Repetición frecuente de frases
  • Ubicación equivocada de cosas con frecuencia
  • Dificultad para recordar el nombre de objetos conocidos
  • Perderse en rutas conocidas
  • Cambios de personalidad
  • Convertirse en una persona pasiva y sin interés por las cosas que antes disfrutaba.
  • Algunas cosas que el individuo solía hacer bien se tornan difíciles, como llevar el control de uso de la chequera, jugar juegos complejos (como bridge) y aprender rutinas o informaciones nuevas y complejas.
A medida que avanza la enfermedad, los déficits se hacen más evidentes. Algunos de los síntomas son:
  • Disminución en el conociemiento de los hechos recientes
  • Olvido de hechos de la vida propia, se pierde esencialmente conciencia de quién se es.
  • Problemas para escoger la ropa
  • Alucinaciones, discusiones, golpes, vidas y conducta violenta
  • Desilusión, depresión y agitación
Algunas tareas que probablemente presenten dificultades para una persona en esta etapa son:
  • preparar alimentos, conducir, vestirse, viajar fuera de rutas familiares y manejar las finanzas.
  • En la enfermedad de Alzheimer severa la persona ya no puede vivir sin ayuda. La mayoría de las personas en esta etapa ya no reconocen el lenguaje, no reconocen a los miembros de la familia y ya no son capaces de desempeñar las actividades básicas de la vida diaria (como comer, vestirse y bañarse).

Alzheimer es una enfermedad demencial que lleva a una pérdida de la capacidad intelectual. Los síntomas normalmente se presentan en adultos mayores de 65 años (aunque también puede afectar a personas de 40 y 50 años), pueden incluir pérdidas en las habilidades del lenguaje -como dificultad para encontrar palabras, problemas en el pensamiento abstracto, juicio pobre, desorientación en tiempo y espacio, trastornos de conducta y personalidad. El resultado general es una notoria disminución en las actividades personales y en el desempeño del trabajo.

¿ Qué causa la enfermedad de Alzheimer?

Los científicos aún no entienden del todo lo qué causa la enfermedad de Alzheimer. Es probable que no haya una sola causa, sino varios factores que afectan a cada persona de forma diferente. La edad es el factor de riesgo más conocido. El número de personas que sufren de esta enfermedad se duplica cada 5 años entre las personas mayores de 65 años de edad.
Los antecedentes familiares son otro factor de riesgo. Los científicos creen que la genética puede jugar un papel importante en muchos de los casos de Alzheimer. Por ejemplo, la enfermedad de Alzheimer familiar de aparición temprana, una rara forma de la enfermedad que generalmente se manifiesta entre los 30 y 60 años de edad, es de carácter hereditario. El tipo más frecuente de Alzheimer es el de la aparición tardía. Se presenta más adelante en la vida y en la mayoría de familias no se observa un patrón hereditario obvio. Sin embargo, varios factores de riesgo genético pueden interactuar el uno con el otro y con factores no genéticos para causar la enfermedad. El único factor de riesgo genético identificado hasta ahora para la enfermedad de Alzheimer de aparición tardía es un gen que produce una forma de proteína llamada apolipoproteína E (ApoE). Todas las personas tienen ApoE, la cual ayuda a transportar el colesterol en la sangre. Solamente cerca de un 15 por ciento de personas tienen la forma de esta proteína que aumenta el riesgo de contraer la enfermedad. Es probable que haya otros genes que también puedan aumentar el riesgo de desarrollar esta enfermedad o de proteger a las personas contra la misma, pero todavía no han sido descubiertos.
Los científicos aún tienen mucho que aprender sobre las causas de esta enfermedad. Además de la genética y de la ApoE, los científicos se encuentran investigando el papel que podrían desempeñar la educación, la alimentación y el ambiente en el desarrollo de la misma. Los científicos están encontrando cada vez más indicios de que algunos de los factores de riesgo de las enfermedades cardíacas y los accidentes cerebrovasculares, como la hipertensión arterial, el colesterol alto y los niveles bajos de la vitamina folato, pueden también aumentar el riesgo de desarrollar Alzheimer. También hay mayores indicios de que las actividades físicas, mentales y sociales pueden ser factores de protección contra la enfermedad.

El síndrome del cuidador

El síndrome del cuidador


Este síndrome afecta a las personas que dedican la mayor parte del tiempo al cuidado de un enfermo dependiente. Normalmente la atención de estas personas se centra en el enfermo en detrimento de sus propias necesidades. Este síndrome se caracteriza no solo por síntomas físicos (cansancio, dolores articulares, insomnio etc.) sino también alteraciones psicológicas (depresión, ansiedad etc.) afectando a la vida personal, social e incluso laboral de estas personas.


Sociólogos, psicólogos, gerontólogos y asociaciones relacionadas con el tratamiento de enfermedades degenerativas llevan tiempo estudiando lo que empieza a conocerse como el "síndrome del cuidador". El cuidador es un enfermo oculto, teóricamente sano, sobre quien recae tal impacto de responsabilidades y tareas que ve alterado su equilibrio, a veces con consecuencias extendidas al carácter, las relaciones o la propia familia. Más allá del tradicional "báculo de la vejez" del mayor, asume papeles asistenciales de todo tipo que le ocasionan a menudo un fuerte desgaste. Al sufrimiento propio de quien observa el declive del ser querido se le añaden la ansiedad de la vigilancia constante, el temor al fracaso, la sensación de culpa o incumplimiento, frecuentemente acompañadas de irritabilidad, estrés e impaciencia. Son efectos psicológicos de desgaste que, no obstante, el cuidador descuida por cierto escrúpulo de conciencia: ¿cómo va a preocuparse de sí mismo teniendo delante a un ser tan desvalido?


Según algunos estudios, el perfil medio del cuidador de un enfermo crónico se corresponde a una mujer de entre 45 y 60 años. Son edades en que muchas mujeres afrontan nuevas etapas de la vida que conllevan posibilidades de desarrollo personal. Crecidos los hijos, han empezado a adquirir una relativa autonomía que les permite plantearse proyectos, cultivar aficiones, emprender estudios, etc. Todo esto, sin embargo, queda bloqueado al asumir la labor cuidadora. La renuncia forzosa a nuevos horizontes engendra frustración y abatimiento. En muchos casos, la mujer se desatiende a sí misma, no se relaciona con las amistades o renuncia a actividades de ocio. Su derecho a llevar una vida propia queda aplazado sin fecha. Por grande que sea la recompensa sentimental de su decisión, es evidente lo elevado del precio en términos psicológicos y vitales.


Se han descrito muchos síntomas del "síndrome del cuidador". Además de los ya señalados, están la impaciencia frente al enfermo ("¿pero no te he dicho que no hagas esto?"), las reacciones irascibles inesperadas ("ya estoy harto / harta"), las tensiones con otros familiares, la dificultad de concentración, la actitud de desgana hacia tareas cotidianas, la autocompasión, el aislamiento, el sentimiento de derrota, la fatiga física y la aparición de alteraciones psicosomáticas diversas que van del insomnio a los problemas digestivos. Son trastornos merecedores de tanta atención como la prestada al enfermo atendido, pero que permanecen agazapados como si ocuparse de ellos fuera un signo de egoísmo.


Todo lo contrario. El buen cuidador sólo cumplirá bien su tarea si mantiene su plenitud personal y su salud física y psíquica. No es, por tanto, ninguna traición al enfermo mayor el recurso a asistentes profesionales en quienes delegar parte de la atención, como tampoco lo es la búsqueda de un espacio personal que permita regalarse tiempo, mantener un régimen de vida normalizado, enfrentarse a las situaciones con más frialdad y no dejarse devorar por la dependencia. El exceso de dedicación a un enfermo puede acabar creando dos enfermos.


Necesidad vital para el enfermo de Alzheimer

El amor y compañia de la familia es lo que un enfermo de Alzheimer más necesita, no los dejes solos, apoyalos!!


martes, 23 de noviembre de 2010

Testimonios de la enfermedad 2!

Testimonios de la enfermedad!

Etapas de la Enfermedad del Alzheimer




MEMORIA
COMPORTAMIENTO
LENGUAJE Y COMPRENSIÓN
GESTOS Y MOVIMIENTOS
ACTIVIDADES COTIDIANAS
FASE I
- Olvida sus citas.
-Nombre de personas.
- Cambios de humor.
- Se enfada cuando se da cuenta que pierde el control de lo que le rodea.
- Continúa razonando
-Tiene problema para encontrar las palabras.
- Frases más cortas
- Mezcla ideas sin relación directa.
- En esta fase todavía está bien.
- Es capaz de realizarlas sin demasiados problemas.
FASE II
- Reciente disminuida
- Agresividad.
- Miedos.
- Alucinaciones.
- Deambulación continua.
- Fatigabilidad.
- Conversación enlentecida.
- No acaba las frases.
- Repite frases.
- Pierde equilibrio.
- Caídas espontáneas.
- Necesita ayuda para deambular.
- Pueden aparecer mioclonías.
- Confusión.
- Se viste mal.
- Se pierde en trayectos habituales.
FASE III
- Reciente perdida
- Remota perdida
- No reconoce a su cónyuge, hijos, etc.
- Memoria emocional conservada.
- Llora.
- Grita.
- Se agita.
- No comprende una explicación.
- Balbucea.
- No controla sus gestos
- Le cuesta tragar.
- Se atraganta.
- No controla esfínteres.
- Desaparecen totalmente
- Encamado.